¿Cuántos han tenido problemas con sus jefes…? Me imagino que muchos… En no pocas ocasiones he tenido problemas con mis jefes, en mi caso, con los directores escolares, al punto que llegué a preguntarme si yo era un desajustado social, un rebelde sin causa, que tenía algún problema con las personas que asumían el rol de autoridad… Los procesos críticos que se les aplican a los demás deben aplicarse también para uno reflexionar acerca de los propios actos, por eso mi preocupación…
¿Cómo podría llevar el pensamiento crítico a comprobar mi hipótesis de que yo tenía problemas con las personas que tenían algún rol de autoridad…? Quizás Papá Freud tendría alguna respuesta que me guiara por el camino de la culpa al explorar la posibilidad de que hubiese tenido algún trauma con mis padres en la niñez y ese trauma me llevara a crear conflictos innecesarios con mis jefes.
Por otro lado, mi conflicto con Freud era su determinismo al frenar el asunto del comportamiento humano en las primeras etapas de la vida de una persona: ¿no existe la posibilidad de otros traumas más fuertes en las etapas posteriores de la niñez, incluyendo la adultez…? Así que también exploré el enfoque de los teóricos del desarrollo humano, que plantean que el ser humano tiene toda una vida para cambiar, que la conducta humana puede ajustarse a través de la vida.
¿Pero que hay de los eventos extremos donde a una persona la restringen a una encerrona constante…? Entonces tenemos a los Víktor Frankl que nos hablaba del confinamiento en los campos de concentración nazi y cómo el comportamiento humano funciona bajo condiciones de limitación de la libertad…? Con estos teóricos se explora cómo las condiciones exógenas afectan al comportamiento y cómo lo endógeno puede ayudarnos a sobrevivir las crisis. En Frankl era un asunto de esperanza lo que hacía a uno un sobreviviente…
Tenía un arroz con… con…… con……… una mogolla de arroz con tanta teoría psicológica, que no sabía por donde empezar…
Quizás debía explorar si el Departamento de Educación de Puerto Rico tenía alguna otra institución u organización análoga, que funcionara con una estructura de subordinados… algo así como una especie de jerarquía…
Siempre he sabido que en los contextos de trabajo jerárquico, existen unos protocolos de relaciones del subalterno con sus superiores…
¡Claro…! ¡Qué mejor analogía que la del contexto eclesial…!
En la Iglesia Católica, en la que estuve bien activo durante gran parte de mi juventud, aprendí mucho de ese protocolo y más con aquel sacerdote holandés gordo y colora’o, que se encantaba con el ánimo del puertorriqueño muy distinto al frío europeo nórdico. Era como si culturalmente aquel padre se emborrachara con nuestro espíritu jovial… Algunos me decían que los sacerdotes católicos holandeses estaban un poco más adelantados en asuntos pastorales que el resto de los europeos ya que el catolicismo no era una mayoría y tenían que lidiar con una población que tenía otros credos…
Bueno, el asunto es que en ese cura pude apreciar cómo se daba la dinámica jerárquica entre los curas y “nosotros”, los que asistíamos a la Iglesia… Hasta que todas las premisas y conclusiones de lo que era una estructura jerárquica cambió, luego de que llegara aquel nuevo sacerdote… Habían grandes diferencias entre el holandés y el nuevo sacerdote puertorriqueño, entre ellas que el holandés provenía de una orden religiosa, que en su caso la autoridad inmediata provenía del grupo de los dominicos y su superior…
En el caso de las órdenes, estas funcionan como una especie de agrupación dentro de la Iglesia Católica donde cada orden tiene lo que le llaman un carisma o “habilidad”, en el caso de los dominicos, además de distinguirse por sus teólogos, me fijé que ellos firmaban cualquier documento con sus nombres y al final, después de escribir sus apellidos, escribían un tercero que les había conferido su orden: o.p., que quería decir Ordo Praedicatorum u Orden de los Predicadores… Los estudios formales de cada orden están dirigidos por sus respectivas constituciones o reglas que a su vez tuvieron el aval del Papa. Estas surgen desde un trabajo comunitario pero en el esquema jerárquico fueron apoyadas desde el papado.
El nuevo sacerdote, mucho más jóven que el primero, NO pertenecía a ninguna orden religiosa, que en su caso era un sacerdote diocesano que debió estudiar en un seminario sacerdotal bajo la autoridad de un obispo, que en la jerarquía católica es un subalterno del Papa.
Inicialmente pensé que la incapacidad de este sacerdote diocesano se debía a que NO podía competir con su predecesor ya que el holandés tenía una preparación superior… Pero, la pedantería de este sacerdote me dió a entender que su problema de lidiar con los miembros de la parroquia señalaba a un asunto de mayor envergadura que los estudios.
Ya en mi etapa de integración al mundo laboral le perdí el rastro al diocesano, pero posteriormente lo ví como capellán invitado por el ex-gobernador Pedro Roselló a una de sus celebraciones del 4 de julio si mal no recuerdo, y posteriormente supe por las noticias que el obispo que sucedió a SER (Su Eminencia Reverendísima) Cardenal Luis Aponte Martínez, cardenal boricua que protegió por muchos años a este sacerdote diocesano, lo tuvo que sacar de Puerto Rico porque fue acusado de ser pedófilo (paidófilo es el término definido en el diccionario de la Real Academia Española). Recuerdo que este sacerdote diocesano era loco con organizar a los monaguillos llenando cada misa importante dominical con unos quince de ellos… Al escuchar esa noticia pude reconciliar en mi mente el porqué le tenía tanta aversión a este personaje y a su pedantería en asuntos de la pastoral parroquial…
Estos mecanismos de favoritismo jerárquico funcionan tanto para instituciones eclesiales o religiosas, como para las sociales, económicas, políticas, gubernamentales, educativas y, hasta sindicales… Aunque en otra ocasión trataré de abundar del porqué de mi hipótesis basta con plantear que en esta sociedad puertorriqueña, nuestras organizaciones encajan muy bien dentro de los organismos jerárquicos por tener una mayoría de la población en una etapa de desarrollo emocional que describe más que nada al adolescente o pre-adolescente, que en este caso al adolecer por las figuras paternas y sea por abandono o por necesidad de crecimiento, busca asentar su identidad en el apoyo del “otro”…
¡…CREO QUE VIVIMOS EN UNA SOCIEDAD DONDE LA MAYORÍA DE LAS PERSONAS SE SIENTEN EMOCIONALMENTE CÓMODAS EN SU ADOLESCENCIA…! Claro, planteo esto como una hipótesis…
Pero, ¿estaba mi conflicto con la autoridad relacionado con un estancamiento en la adolescencia…?
En mi caso, desde mi juventud, en mi escuela superior, ya yo había roto con el asunto de que tenía que estar en un grupo para sentirme mejor conmigo mismo… Y es que cada vez que me reunía con alguna de las “ganguitas” de la escuela (cada adolescente tenía su grupito cerrado de amistades) notaba en mí una incomodidad porque cada grupo tenía sus distintas reglas de aceptación, cada cual se reía de cosas que a mí no me daban gracia, o se burlaban de las que a mí me daban gracia…
No es que haya sido un muchacho solitario, sino que tenía la habilidad de correr los pasillos y hablar con cualquiera y cuando las conversaciones se tornaban un poco pesadas, cambiaba de grupo… Los conocí a todos y caía bien en todos, a la vez que me convertía para todos en una especie de fantasma no necesario… Aunque colaboré en todas las actividades de la clase graduanda y me las gocé con mis buenos compañeros, al final decidí no asistir ni a los actos de graduación, porque no me ajustaba a esos rituales... ¿Con mis maestros…? La pasé muy bien en la mayoría de los casos… Así que... ¿problemas...? ...no creo haber tenido mayores problemas con la autoridad, o con el rol de autoridad…
Pero, y aquí viene el PERO, mientras más crecía, más adolescentes emocionales veía a mi alrededor… Desde joven hice amistad con personas mayores que yo porque no me ajustaba al estancamiento común que veía en mis compañeros universitarios… Era como si emocionalmente la mayoría de ellos hubiesen optado por prolongar su adolescencia… El ser joven se convertía en un ideal social, mientras que en mi caso, yo quería ser viejo…
Recuerdo haber visto hace años una extraña película de un niño que cargaba con un tambor por todos lados. La película era en alemán con subtítulos en inglés y casi no entendí nada de esa película, pero recuerdo que no me depegué de la televisión porque las escenas me llamaban mucho la atención. Más tarde supe que la película provenía de una novela de Günter Grass, quien ganara después el Nobel de Literatura… También supe que el niño se suponía que fuese un adulto, lo que me hizo comprender un poco el porqué del comportamiento extraño del personaje que a veces parecía el de un adulto. Lo que pintaba la película era la incapacidad de crecimiento emocional de la sociedad alemana nazi…
En este caso, Oscar era un adulto que decidió mantenerse como niño… ¿Raro…? No. En nuestra sociedad NO… Por eso los comportamientos sociales en los contextos laborales a veces nos parecen que sobrepasan la capacidad de entendimiento si pensamos que trabajamos con adultos… Pero, si vemos a las personas en su contexto de desarrollo emocional, notaremos que su mente ocupa el cuerpo que NO es… Como en Oscar… o como su amigo el enano que era reclutado por el ministerio de propaganda nazi… En este caso, el cuerpo físico se utiliza para proyectar la madurez o inmadurez de la persona, quien NO se desarrolla emocionalmente, tampoco crece físicamente…
El absurdo llega a tal punto que el pensamiento mágico del niño se recrea provocando que la multitud baile y caiga la lluvia para terminar la reunión. La fotografía es recogida magistralmente en esta escena donde el “líder” militar que se dirige al público, tiene en algunas tomas una torre de un edificio que hace las de cuernos en la parte posterior…
Pero, ¿por qué alguien puede decidir NO crecer…? El desarrollo viene como una necesidad de confrontar problemas para los que nuestra capacidad emocional o intelectual NO tiene mecanismos estructurales para resolverlos. Esta confrontación con nuevos problemas requiere un TRABAJO y una CRISIS que proviene del rompimiento con viejas estructuras de pensamiento. Cada etapa de desarrollo implica una nueva desmitificación, y ese rompimiento con los viejos mitos implica a su vez una incómoda inestabilidad…
Así que el proceso de crecimiento requiere de una valentía y el de estancamiento implica un miedo que de no ser superado, porque a todos nos da el mismo miedo, en mayor o menor grado, si no superamos el miedo, adoptamos la cobardía…
Es decir, no es malo tener miedo, lo malo es tenerle miedo al miedo… porque ese miedo al miedo es lo mismo que la cobardía… Prometeo hacía la misma pregunta que hacía un prócer: ¿Qué nos pasa a los puertorriqueños que no nos rebelamos…? La sociedad puertorriqueña le tiene miedo al crecimiento, al desarrollo, porque sabe que este desarrollo implica pasar por un proceso de cambio en la crisis…
¿Cuántos han tenido problemas con sus jefes…? TODOS… Pero la pregunta es si al confrontarnos con las autoridades educativas, ¿nos confrontamos con personas sabias, o con personas que han dejado de crecer…? Creo que en los puestos de dirección de las escuelas de Puerto Rico y en su alta gerencia se ha asumido una actitud de estancamiento que justifica una pedofilia intelectual, donde un adulto y un niño pueden congeniar porque después de todo, el adulto ha asumido una niñez permanente…
Cuando este fenómeno se acepta en la educación, las puertas del poder administrativo están abiertas para cualquiera que desee asumir el rol de dictador. En un esquema jerárquico o de subordinación administrativa donde el adulto NO asume el rol de madurez que requiere la adultez, cualquiera que se considere una persona medianamente madura tendrá problemas…
Al fin y al cabo, todo este estancamiento de desarrollo emocional e intelectual, está impregnado en esta máquina política que llamamos COLONIA…
p.d.
Günter Grass se había destacado en círculos de izquierda hasta después de haber ganado el Nobel de Literatura, que se descubrió perteneció a la SS nazi… Grass explicó que en Alemania los jóvenes eran llamados al ejército nazi y que no permaneció en esa división por mucho tiempo… además, que este reclutamiento no le nubló el análisis critico a esa sociedad nazi alemana… Aunque no soy estudioso del fenómeno de Grass, la película de Volker Schlöndorff de “El tambor de hojalata”, del año 1979, me impresionó por su metáfora del adulto en el cuerpo de un niño en una sociedad que está dirigida por un dictador… El pueblo infantilizado y los dictadores van cogidos de la mano… Algunas relaciones simbióticas son enfermizas… Quizás, otras no… Algunas simbiosis son necesarias... Otras no...
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2 comentarios:
Yo creía que staba solo en esto pues hubo un momento en que me pregunta si el del problema era yo. No puedo tolerar los abusos y la última vez que discutí con la directora de la escuela donde trabajo fue cuando la ví amenazar a una maestra que se retiraba en una reunión. Todos callaron la maestra en padecía de una artrítis reumatoide que la tenía desfigurada y se movía con dificultad. Aún así la directora quería que se fuera a trabajar al segundo piso y atender a más de treinta estudiantes porque si no no iba a poder retirarse (le quedaban dos meses). Muchas maestras lloraron los varones quedaron callados y yo, yo grité y le dije a la directora que era una abusadora e inhumana. Desde ese día he sido perseguido en la escuela y la última peripecia fue la de enviarme mi cheque en 0.00. Cuando le reclamé me dijo que eso me pasaba por no ponchar. El problema es que otras maestras recibieron sus cheques en 0.00 y ellas si poncharon.
Todavía me hago la pregunta si es que soy yo el del problema pero ahora veo que estoy como el niño del tambor de hojalata, la directora ve a más de cuarenta niños intelectuales y uno de ellos es un bocón.
Adelante y Éxito
Prometeo:
Ser niño no es malo. Existe un pasaje bíblico donde Jesús, el Nazareno, habla de la actitud de ser como los niños. Pero esa niñez de la que habla NO es sinónimo de "infantilismo" sino de un espíritu que le abre las puertas al "misterio", a lo que está por conocerse, a lo que uno "contempla" en la maravilla de la Naturaleza.
Esa ingeunidad ante lo desconocido ES necesaria... porque es el inicio de una búsqueda que es impulsada por la curiosidad...
Pero el infantilismo es otra cosa, es tomar las cosas a la ligera sin dedicarle un espacio a la reflexión, es el tomar al mundo como un evento mágico, sin leyes de causa y efecto, donde la autoridad del uno sobre el otro existe porque SÍ...
El espíritu de niños debe ser parte de nuestra alma, mas no el infantilismo...
En tu caso, aquel grito no representa una rabieta infantil sino que apunta a la misma actitud del Maestro, cuando expulsó a los mercaderes del Templo...
Lo que pasa es que en nuestras iglesias nos muestran a un Jesús que se deja clavar en una cruz, a un Jesús que es sumiso a la estructura de mando que castiga sin misericordia; pero se habla muy poco del Jesús que azotó y denunció, y que fue por esa actitud de defensa, de "nurture", que lo mataron, no fue por una actitud entreguista...
Por el grito que redime la vejación,
Gracias...
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