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martes, 28 de diciembre de 2010

El “Efecto Lucifer” y la “Doctrina del Shock” se combaten rompiendo el silencio…

Una persona en un puesto de poder le dice a sus subalternos cómo tratar a las personas que están bajo su tutela:

Pueden producir en los prisioneros que sientan aburrimiento, miedo hasta cierto punto, pueden crear una noción de arbitrariedad y de que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema, ustedes, yo, y de que no tendrán privacidad... Vamos a despojarles de su individualidad de varias formas. En general todo esto conduce a un sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el poder y ellos no tendrán ninguno.

Estas instrucciones fueron dadas por el psicólogo Philip Zimbardo a unos sujetos de un experimento en el año 1963, subvencionado por la Armada de los USA, y se conoce como “El experimento de la cárcel de Stanford”, que se supone durara unas dos semanas. pero fue suspendido en el sexto día por el descontrol en el maltrato que mostraron los sujetos del experimento.

La crítica entre los psicólogos se dirigió al método que fue calificado por algunos como antiético, y por esto cuestionaron sus hallazgos. Sin embargo, las recientes noticias de prisioneros en Abu Ghraib señalan al asunto del poder del carcelero sobre los prisioneros en el contexto de cederle el poder absoluto a los que dominan la cárcel.

Philip Zimbardo llegó a ser posteriormente el presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología en el año 2002, y a sus hallazgos los calificó como “El Efecto Lucifer”, que en YouTube se presenta desde la Parte 1, hasta la Parte 11.

Zimbardo define el mal (evil) de la siguiente manera:

El EJERCICIO DEL PODER para dañar (psicológicamente), herir (físicamente) y/o, destruir (mortalmente) y ejecutar crímenes contra la humanidad.

Zimbardo explica para “Democracy Now” que la maldad (evil) se asienta en las instituciones que la respaldan, que muchas veces la maldad se ejerce desde la licencia que le da al individuo las personas con poder, y repasa “El experimento de la cárcel de Stanford”…


Para Philip Zimbardo, el mal se combate cuando asumimos el comportamiento del héroe.

Dijo una periodista canadiense:

Saber cómo funciona el shock puede ayudar a blindarnos contra él. Cuando un prisionero sabe cómo funciona el shock como técnica de interrogatorio, puede resistir estos métodos. Y considero que esto mismo puede aplicarse a gran escala. Aquellas sociedades que han aprendido de sus traumas pasados (y muchas sociedades latinoamericanas entran en esta categoría) son más resistentes al shock y resulta más difícil explotarlas en momentos de trauma.

Se trata de la periodista Naomi Klein, quien definió la “Doctrina del Shok”:


¿A qué viene todo esto en una reflexión casi al final del año…? Visitaba en la red a antiguos amigos, personas que conocí de muchacho, hasta en la Iglesia, y entre ellos me llamó la atención algunas personas que creía en aquella época como gente “buena”, pero que recientemente o en el reciente pasado han estado o estuvieron muy cercanas a puestos de poder en el gobierno. Me entristecía el cómo estas personas se transformaron en marionetas del sistema al punto que se prestaron como cómplices en la agenda de represión gubernamental.

Para darles un simple ejemplo, el de una profesora que trabajaba para la administración del secretario Rafael Aragunde bajo el pasado mandato de Aníbal Acevedo Vilá, que se quejaba de una maestra que faltaba mucho a su trabajo. Admitió que esa maestra no faltaba mucho en sus veintitantos años de servicio, casi treinta, hasta que la atacó un cáncer, y afirmaba que la enferma tenía el deber de renunciar a su trabajo, y a sus derechos de retirada, porque esa enfermedad afectaba al servicio educativo de sus estudiantes.

Jamás hubiese imaginado que la muchacha que yo conocí hace unos años atrás diría tal diparate, menos cuando se pintaba como una “independentista” que amaba a su “patria”… Y la cantidad de “independentistas” que sabía trabajaban para Aragunde y seguían aquel escenario “intelectual” de imponer la “eficiencia” a un alto costo de represión sobre empleados buenos con el fin de dar un escarmiento a los demás, me escandalizaba mucho más…

No me extraña entonces verlo ahora en la escalada del gobierno de Fortuño que continuó con el camino que le señalaban los expertos de Wall Street a Jorge Silva Puras en la pasada administración de Aníbal Acevedo Vilá. Sin embargo, estamos expuestos a las caras de los puertorriqueños que infligen daño social, económico y político desde sus puestos, pero olvidamos bajo qué régimen vivimos: el COLONIAL. En este sentido, la Metrópoli ejerce el poder desde su invisibilidad, como aquel que supervisa a los carceleros y no se deja ver por los prisioneros.

Después de tantos golpes, ¿se puede culpar al pueblo por su cansancio…? Observé con mucha esperanza la entrevista que le hiciera el programa “Piedra, papel y tijera” al periodista chileno radicado por muchos años en Puerto Rico, Carlos Weber, quien fuera una de los millones de víctimas de la “Operación Cóndor” y ahora rompe el silencio. Afirma Weber que aspira a un mejor Puerto Rico para sus hijos, que nacieron en el país que lo acogió…

sábado, 13 de noviembre de 2010

Antonio Sagardía y el negrito bembón…

El asesinato del niño Lorenzo González Cacho ha acaparado las noticias desde el día en que su madre, Ana Cacho, entró en contradiciones al narrar lo que pasó inicialmente, cuando expresó que su hijo se había caído de la cama y por eso se desangró, y luego decidera callarse la boca al saberse como sospechosa del asesinato.

Se ha sabido que Ana Cacho ha contratado a varios abogados, entre ellos a Antonio Sagardía, quien fungió por un período como secretario de Justicia del actual gobierno de Luis Fortuño del Partido Nuevo Progresista (PNP). Antes del nombramiento a la secretaría de justicia, Sagardía había sido contratado por el primo hermano de Ana Cacho, Roberto Cacho Gambó “actual presidente del Grupo Cacho, dedicado a la construcción de hoteles, y de la empresa de turismo en general, entre ellos el fastuoso hotel Martineau Bay en Vieques”, según informó el periódico “Primera Hora” a mediados de abril de este año.

Aquella defensa del primo de Ana Cacho por parte de Sagardía se debía a un caso de violación de ley de armas en el 2004 y este no terminó porque en la vista preliminar en un tribunal de Caguas se determinó que no había causa probable.

Al año siguiente, en el 2005, se mencionó a Roberto Cacho Gambó cuando asesinaron a su socio y amigo el canadiense Adam Anhang. En aquella ocasión, arrestaron al joven Jonathan Román Rivera por el asesinato, a quien le impusieron una condena de 105 años . Sin embargo, el convicto Alex Pabón Colón confesó que había asesinado al canadiense y que la esposa de este empresario asesinado había conspirado con él para asesinarlo. El prisionero Jonathan Román Rivera quien pasó varios meses en la cárcel, fue excarcelado después de esta confesión y regresó a La Perla, lugar donde vivía y fue recibido con la celebración de sus vecinos y familiares.

Aurea Vázquez Rijos, la viuda del empresario canadiense se desplazó a Florencia, Italia, y no ha regresado a Puerto Rico, mientras Nicolás Nogueras, quien fuera electo como senador por el PNP, y expulsado de ese cuerpo, fungía como abogado de la sospechosa del asesinato de su esposo.

Lo sorprendente de esta cadena de eventos son las declaraciones de Antonio Sagardía al tratar de explicar el porqué AHORA renuncia como abogado de Ana Cacho. Primordialmente su queja se dirige a que los relacionistas públicos que contrató Ana Cacho quieren imponerle condiciones que le afectan a su estrategia de defensa. Eso lo podríamos entender como una lógica explicación.

Pero al tratar de explicar el porqué Ana Cacho ha sido tan expuesta a los medios de comunicación, Sagardía dijo que se debe a que el niño asesinado pertenecía a una clase social media-alta y que estos medios no hubiesen cubierto un caso de la misma manera si se tratara de un niño “negrito” del residencial público Luis Llorens Torres.

Hasta aquí los hechos… y mi opinión sigue…

La verdad que una persona tiene que ser un verdadero hijo de la gran mentira, o sea hijo del mismísimo Diablo, cuando utiliza un argumento como este para renunciar a un caso de defensa a la vez que aparenta su “bondad” de defender a su ex-cliente como víctima de los medios de comunicación.

Y no es por defender a los medios de comunicación y su morbosidad a la hora de informar en casos como este y otros, pero a Sagardía parece olvidársele que al acusado del asesinato de un socio de su anterior cliente, que es primo de Ana Cacho, se le excarceló porque era inocente y este muchachito VIVÍA EN LA PERLA, uno de los barrios pobres de San Juan…

Si un niño de Llorens fuese asesinado de la forma en que asesinaron a Lorenzo, la madre de ese niño habría sido esposada inmediatamente y llevada a fiscalía para que confesara lo que allí pasó. Ese caso del “negrito” asesinado de Llorens, en el apartamento de su madre, mientras él estaba a su cuidado esa noche, se hubiese resuelto en cuestión de horas mas no de MESES como en este caso de un niño de clase “media-alta”. Por eso la notoriedad de Ana Cacho, y no porque exista un ánimo en las masas o en los medios de comunicación en contra de la clase “media-alta”.

Este CHARLATÁN abogado, hijo del Diablo, trata de victimizar a quienes jamás serán víctimas pintando el asunto como un discrimen por las personas que han tenido algún tipo de “éxito social” al pertenecer a un sector privilegiado, y trata de armar mediáticamente un tipo de “venganza social” por parte de las masas desplazadas por el gobierno actual contra Ana Cacho y hacerla una especie de chivo expiatorio o mujer que sería expuesta al sacrificio de los aztecas después de sufrir una desgracia social.

El DIABÓLICO Antonio Sagardía critica a los relacionistas públicos de Ana Cacho y a la larga se convierte en su propio relacionista público, para venderse como el mejor defensor de las causas perdidads, después que tengan el billete de la clase “media-alta” para pagarle su servicio legal, o que tenga ese capital aunque ese potencial cliente se esconda en algún barrio pobre…

Lo que Sagardía implica es que él no sería abogado de un padre o una madre sospechosos del asesinato del hijo “negrito” de Llorens, a menos que tengan el billete de la clase media-alta y él funja como el director de los relacionistas públicos de su cliente, a menos que él sea el que “reparta el bacalao” o dirija la orquesta…

¿Contratará a Sagardía el sospechoso asesino del Negrito Bembón…?



El Negro Bembón


Mataron al negro bembón,
mataron al negro bembón,
hoy se llora noche y día.
Porque al negrito bembón
todo el mundo lo queria.
Porque al negrito bembón
todo el mundo lo quería.


Y llegó la policía
y arrestarón al matón;
y unos de los policías
que también era bembón.


Le tocó la mala suerte
de hacer la investigación.
le tocó la mala suerte
de hacer la investigación.


Y saben la pregunta que le hizo al matón:
¿Por qué lo mató y diga usted la razón?
Y saben la respuesta que le dió el matón
“Yo lo maté por ser tan bembón.”
El guardia escondió la bemba, y le dijo:


Coro: Eso no es razón.


Ay dios para matar al bembón.
Huye, huye que huye Juan Tón
Mira que por allá viene Panchón
Y es que vengo diciendo
que él viene tumbando.
Ven, para matar al bembón.
Huye, huye, que huye Juan Tón.
Serás como el negrito bembón.
Bom-bom-bom para matar al bembón.


Coro: Esconde la bemba que ahi viene el matón.


Huye que huye Juan Tón.
Mira que por alla viene Panchón.
Yo te vengo diciendo que él viene tumbando.
Ven, ban, ban, ban.
Pero como el negrito bembón.
Para matar al bembón.
Huye, huye, que huye Juan Tón.


NOTA AL CALCE:

La forma en que los medios de comunicación manejan este caso de asesinato no siempre va en contra de Ana Cacho. Por ejemplo, la noticia de la renuncia de Antonio Sagardía a la defensa de Ana Cacho, según reseñada por el periódico “El Nuevo Día” comenta acerca de los supuestos hechos del “9 de marzo, cuando el niño Lorenzo fue atacado en su casa y transportado al Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Dorado, donde falleció”.

En este caso, existen testigos que dieron por muerto al niño ANTES de llegar al CDT. Si eso es así, ¿por qué el periódico “El Nuevo Día” publica la versión de la sospechosa del asesinato, Ana Cacho, de que el niño aún estaba con vida cuando llevó el cuerpo al CDT…?

Por otro lado, este periódico dice:

El Instituto de Ciencias Forenses determinó que Lorenzo fue asesinado tras haber sido golpeado con un objeto plano y duro, posiblemente una pared, y tras haber sido atacado en el rostro con un objeto punzante.

La forma en que se redactó esta oración implica que al niño lo golpearon y apuñalaron, y DESPUÉS de esto fue asesinado: “…fue asesinado tras haber sido…”.

El periódico “El Nuevo Día” tampoco mencionó la expresión de Sagardía cuando se refirió al “negrito de Lloréns”.

Así las cosas, Sagardía y Ana Cacho tienen aliados mediáticos a favor de su defensa, que es lo mismo que narrar la versión de la sospechosa como eventos reales, callar información de los eventos y, reportar falsedades de informes del Instituto de Ciencias Forenses, todo eso en una misma nota noticiosa…

jueves, 14 de enero de 2010

La independencia de Haití según Pat Robertson se debió a un pacto con el Diablo. ¿Y qué pasó con Louisiana…?

En el 1794, la Francia que había ganado su revolución en contra de la monarquía, declaró la liberación de los esclavos en América. Para esa época, en Haití ya había una insurrección de esclavos. En el 1795, España le cede a Francia su parte de la isla de La Española y para el 1796, Napoleón Bonaparte vuelve a instituir la esclavitud en América.

En el 1801, se promulga la constitución de Haití bajo Toussaint Louverture, que así se llamó entonces a la isla de La Española. Toussaint Louverture intentó conquistar la parte este de la isla pero los franceses la mantienen de tal manera que la isla se divide en dos partes, una colonial y la otra independiente. Napoleón envió tropas a la isla y logra capturar al jefe del nuevo estado haitiano y lo lleva a Francia donde muere en la cárcel.

Sin embargo, Napoleón Bonaparte estaba muy ocupado en sus guerras de conquista en Europa y decidió invertir sus esfuerzos en conquistar Europa antes que dedicarse a las tierras coloniales de América, ya que si obtenía el poder en Europa, lo podría obtener después en América. Así que Napoleón decidió venderle todas las tierras de Francia al oeste de la nueva nación de USA, dirigida entonces por Thomas Jefferson, las tierras de Louisiana.

Pero, el cálculo de quien se proclamaría emperador, liberaría una reacción en cadena, porque la revolución en Haití, segunda nación americana liberada del colonialismo europeo, después de USA, y primera nación formada por esclavos liberados, sería una inspiración revolucionaria en toda la América.

En Puerto Rico se cuenta una historia de un tal Diego Salcedo, a quien el cacique Urayoán lo ahogó en un río para demostrar que los conquistadores españoles no eran unos dioses. En Haití se cuenta otra historia de una ceremonia en Bois Caïman en donde los esclavos hicieron un ritual para dirigirse a la revolución contra los que los subyugaban, y se dice que oraron así:

El Dios que creó el sol que nos alumbra, que despierta las olas y las normas de la tormenta, aunque oculto en las nubes, nos mira. Él ve todo lo que el hombre blanco no. El dios del hombre blanco le inspira a la delincuencia, pero nuestro Dios nos llama a hacer buenas obras. Nuestro Dios, que es bueno para nosotros, nos ordena a vengar nuestras desgracias. El dirigirá nuestros brazos y nos ayudará. Desecha el símbolo del dios de los blancos, que tantas veces nos hizo llorar, y escucha la voz de la libertad, que habla en el corazón de todos nosotros.


Luego del fatídico terremoto en Haití el pasado martes, 12 de enero de 2010, el charlatán Pat Robertson tomó la voz del mismísimo Dios, como si fuese el profeta que amenaza a los pueblos que luchan por su libertad, al igual que lo hiciera en el pasado cuando dijo que agentes de USA deberían matar a Hugo Chávez, este profeta de Dios dijo que Haití estaba maldita por haber hecho un pacto con el Diablo, refiriéndose a aquel ritual de liberación de los esclavos en Bois Caïman, que dió inicio a la lucha por la independencia.

Tanto los compañeros blogueros de “El Ñame”, El Rata, en “El Diablo Demanda A Pat Robertson Por Chotear Su Pacto Con Haití”, como de “Cargas y Descargas”, Edwin Vázquez en “Religiosos Fundamentalistas le Echan la Culpa del Terremoto a los Haitianos”, reseñan y critican la infamia de una persona que yo considero tan diabólica como Satanás.

Escuché a Pat Robertson esta mañana, pero decidí que antes de escribir cualquier cosa, era mejor repasar la historia libertaria de Haití. Recordaba que gran parte de lo que es ahora el territorio de la nación de USA, se lo deben a esa revolución de aquellos esclavos haitianos que espantaron los intereses de un Napoleón Bonaparte de las colonias francesas en América.

En mi búsqueda encontré las palabras del embajador de Haití en USA, Raymond Joseph, que expresan muy bien lo que pensé al repasar esa historia de héroes haitianos:









Escucho hoy por la radio que el comando sur del ejército de USA se incautó de las operaciones del aeropuerto de Haití, que después que los gobiernos de Venezuela, China, Cuba y España están en el país desvastado, ese comando no deja entrar a Haití a los puertorriqueños que han dado el paso hacia el frente para ayudar a los hermanos haitianos. ¿Quiénes dirigen a los US of A…? ¿Los Pat Robertson…?

viernes, 18 de diciembre de 2009

El mal como “fuerza”… ¿A qué me refiero cuando utilizo términos como “diabólico” o “satánico”...?

Antes de tratar el asunto del mal, quiero aclarar que NO soy un religioso fundamentalista, ni soy un devoto en asuntos religiosos, mucho menos me considero un “predicador” de una creencia religiosa, aunque confiese mi arraigo a las enseñanza que recibí del catolicismo en mi niñez y mi juventud, y guardo un buen recuerdo de varias personas que en una época de mi vida fueron mis guías espirituales, que hasta el sol de hoy sin que los pueda ver, siguen siéndolo… Por lo que leen en mis reflexiones, podrán notar que no soy un ejemplo del modelo cristiano, pero tampoco pretendo ser un agente del mal…

Aclarado esto, vamos al asunto del “mal”. Antes creía que la maldad era un asunto periférico, que mientras uno se portara bien, el mal no tocaría nuestras puertas. Fueron muchas las veces que en mi niñez escuchaba a los adultos decirme que si me portaba bien, no me pasarían cosas malas. Y en parte, este principio fue muy cierto porque conté con la protección de dos buenos padres que nos protegieron en nuestra niñez y en esos casos, la maldad de otros la mantienen a un márgen donde no la vimos cara a cara. En mi caso, conté con una madre que era una guerrera en cuanto al cuidado se trata, y no era amamantadora sino que nos exigía que asumiéramos las consecuencias si actuábamos mal. En ese sentido, aprendimos un principio: “El que la hace la paga”…

Es decir, mi entendimiento de lo que era “el mal” era guiado por esos inviolables principios:

  1. El que actúa bien, no le llegará el mal, o no será atacado por la maldad, o por las personas que actúen mal.
  2. El que actúa en la maldad, pagará su castigo.


Sencillo… para aquella etapa de mi vida... Pero, uno va creciendo, y algunas personas son más virtuosas que uno, y llega un momento en que esa virtuosidad no es para uno, es decir, el camino a la santidad que me presentaban, cada día era más difícil de seguir, porque requería el perseverar en unas reglas de comportamiento a veces hasta poco naturales, alejadas de lo que son nuestros instintos humanos naturales, que si fuimos creados por Dios, y esa creación fue buena, como se narraba en Génesis, entonces el mismísimo Dios nos había regalado también ESOS instintos y Él sería cruel si nos regalaba algo y después deseaba que actuáramos en contra de ese regalo…

Entonces, ¿qué era “actuar bien” y “actuar mal”…? Ya en mí había una rebeldía por el constante juicio ajeno. Sin embargo, fueron mis directores espirituales, ya no mis padres, los que me guiaron a entender de qué se trataba eso del juicio propio.

Para mí, esa prédica de separar lo “corporal” de lo “espiritual” era la crueldad más grande que podría predicar alguien. Quizás, aquella tendencia en la época de mi juventud, que llamaron “Teología de la Liberación”, fue la que acentuó en mi el arraigo a lo religiosos pero en otro plano, además de unos escritores católicos que combatían la pastoral de una dictadura jerárquica que desvanecía el ánimo de la libertad espiritual.

En esa época aprendí lo que quería decir el “discernimiento” por un libro del teólogo español José María Castillo que se titulaba “El discernimiento cristiano”, muy leído en aquella época por muchos católicos y que aquí las hermanas paulinas lo vendían en su librería de Río Piedras. Por cierto, me enteré que José María Castillo abrió un blog, y que lo tituló “Teología sin censura”, que desde hoy lo incluí como unos de los que recomiendo y lean el porqué mi simpatía con algunas de sus posturas en su última reflexión “Los nombramientos episcopales como paradigma”:

El reciente nombramiento del obispo de San Segastián, y la reacción de más de 130 curas de su diócesis, es un hecho paradigmático. En estas ocasiones es cuando mejor se ve cómo funciona la Iglesia: los procedimientos que usa el Vaticano para mantener intacta su estructura piramidal; y las reacciones que tales procedimientos desencadenan. Lo que interesa es mantener, a toda costa, la mentalidad sumisa. Por eso se nombran los obispos que se nombran: hombres incondicionalmente obedientes a Roma, ya que no pueden hacer de obispos sino “en comunión jerárquica con la cabeza u con los miembros del Colegio” (episcopal) (can. 375). Esto se justifica porque la obediencia se considera indispensable para mantener la unidad. Lo que en realidad se pretende, sin embargo, es asegurar la sumisión, en un régimen que funciona sobre la base de la exaltación del poder papal. De donde resulta inevitable que la Iglesia católica funciona como una fabulosa institución represiva.


En “Religión Digital.com” dicen del teólogo:

Muy crítico con la jerarquía eclesiástica, José María Castillo fue castigado en 1988, junto a Juan Antonio Estrada, con la retirada del "plácet" para la docencia como catedrático de Teología en la Universidad de Granada. Sin embargo Jose María Castillo asume los dogmas, pero no renuncia a la discusión de cuestiones no dogmáticas, consciente de que la Teología es, sobre todo, una búsqueda.


Bueno, al asunto que nos ocupa… En una época de mi vida tuve la dicha de que mi consejero espiritual me presentara estos escritores críticos, quizás porque veía en mí la duda constante y quería que perseverara en la fe católica aún con esas dudas… y mis “pecadillos”...

Así, aquel principio de que si me portaba bien me alejaría de la maldad, lo tuve que desechar, primero porque entendí que yo no actuaba constantemente con el “bien”, y también porque el discernimiento y su estructura de búsqueda me impuso una disciplina de cuestionarme constantemente qué era el “bien” y qué era el “mal”, y además porque tuve y tengo amigos muy virtuosos del bien, a quienes se les ataca con la maldad, aunque sean siempre buenos. Qué no decir de los que siempre actúan en la maldad y salen impunes cada vez que hacen una fechoría; lo que me hizo también descartar que el “malo” siempre tendrá su castigo.

Esto no quiere decir que abandono mi fe, sino que unos principios que entendí me “protegerían” de los ataques malsanos, ya no serían verdades inalienables. Y adopté este principio: Somos frágiles ante la maldad.

Con una analogía sencilla: Una persona decidió un buen día darnos un golpe en nuestra cara y logra su cometido. El golpe nos hace daño físico.

Puede que reaccionemos defendiéndonos, apostándole varios golpes en la cara a nuestro agresor hasta tumbarlo, o que alguien venga a nuestro rescate y lo haga por nosotros, o que sobreviva a ese y otros golpes y logre denunciar o demandar al agresor y que se le castigue por su afrenta. Pero, todas estas son posibles reacciones contra el agresor que YA causó un daño, y que podría arrepentirse de su actuación, pero en ocasiones, aunque se le castigue, pueda decidir seguir causando daños, a uno o a otros…

Esa segunda posibilidad es la que yo califico como la “maldad como fuerza”, una maldad que es la forma de vida de algunas personas, que ven el mal en ellos y lo afirman, que ven el mal en otros y lo alientan, que saben que causan un daño y al pasar juicio sobre este NO tienen pudor alguno en su conciencia, sólo el ataque al prójimo, una, y otra, y otra vez…

Frente a este comportamiento, el soltar las defensas sería lo mismo que el suicidio, o una inmolación inútil porque a la larga tocará a otros… Reconozco que este argumento o principio lo utilizan algunos dueños del poder que aceptan premios Nobel de la “paz” para justificar escaladas guerreristas. Pero, en lo básico, en lo elemental, uno NO puede renunciar a la DENUNCIA cuando se observa el daño, contra uno o contra otros. Las demás “armas” para combatir esa maldad es un asunto de opción personal que involucran las decisiones morales, que en este espacio no voy a discutir, porque ese silencio pertenece al asunto táctico que nos permite la sobrevivencia mínima en este mundo, aunque nuestra muerte ya tenga una fecha determinada…

A ese fenómeno de hacerle daño a personas constantemente, con saña y alevosía, de querer ver muerto al otro aunque no se le agreda físicamente, pero se le ataca para que sus condiciones de vida sean infrahumanas y que las consecuencias de ese daño lleven al otro a la desgracia de las enfermedades y la muerte, a ESE comportamiento de deseo, voluntad y acción CONSTANTE para dañar al prójimo, yo lo califico como “DIABÓLICO” o “SATÁNICO”… No uso esos términos como Obama lo señala y lo utiliza para justificar una escalada guerrerista de agresión donde los “daños colaterales”, o las muertes de inocentes, son una condición sine qua non, o donde se utilicen unos criterios de diferencias religiosas para, en nombre de esa religiosidad, agredir la espiritualidad de otros. Los términos “DIABÓLICO” y “SATÁNICO” a los que hago referencia es a cuestiones tan sencillas como insultar, rebajar y humillar a un niño diz que porque alguien justifique que existe una mala leche en el espíritu infantil y afirme que ESE niño tiene la capacidad de un adulto, negándole la posibilidad que le da el crecimiento como parte de su desarrollo humano… O que desde unas posiciones sociales de ventaja económica o de poder económico se actúe análogamente pero en detrimento de los desposeídos. Eso es lo mismo que practicar el “satanismo” aunque no se participe de ciertos rituales, porque en este caso, el “ritualismo” sería la “costumbre” o “rutina” de joder a los demás…

Así que cada vez que observen que utilizo términos como “diabólico” o “satánico”, me refiero a la “maldad como fuerza” ejercida constantemente y consistentemente para dañar a otros con saña, de una manera inhumana, que degrada la humanidad del otro… ESA maldad se TIENE que combatir, si queremos humanizarnos y humanizar a otros… ¿Con cuáles medios se combate esto…? Ya eso es un asunto para otra reflexión… Pero basta con una referencia: “El arte de la guerra” de Sun Tzu.


APÉNDICE:

Acerca del asunto de Obama y su discurso al recibir el premio Nobel de la “paz”, refiero una excelentísima reflexión de José María Castillo, Teólogo católico, que titula “Obama y la guerra justa”.