En ocasiones anteriores he comentado acerca del mal llamado tribunal “federal”, ya que Puerto Rico NO pertenece a la “federación” de USA por NO ser uno de los 50 estados de la unión, y la postura por parte de algunos independentistas acerca de la presencia de ese tribunal en la colonia.
Lo repetiré de nuevo: Soy independentista y creo que la intervención de la Metrópoli en un país ajeno está en contra del derecho internacional y por lo tanto es ilegal. Sin embargo, en el análisis de algunos llamados independentistas, estos consideran que existe una diferencia entre los tribunales “de aquí” y los tribunales “de allá”, implicando que “los nuestros” tienen un arraigo patriótico mas “los de allá” son ilegítimos. No comparto esta visión porque TODOS los tribunales de una colonia manejan las leyes de la COLONIA. Es decir, TODOS los tribunales de Puerto Rico, los “de aquí” y los “de allá” aceptan como premisa el régimen colonial que es ilegal.
No vale más reclamar los derechos ambientales en un tribunal “de aquí” que en otro “de allá”, aunque en el “de aquí” se hable español y en el “de allá” se hable en inglés. La ilegalidad de la intervención de la Metrópoli se acaba cuando termine el problema COLONIAL, o sea, cuando seamos una nación libre y soberana. Y no me refiero a la “media soberanía” a la que aspira el retórico discurso colonial del PPD, porque uno no puede ser “un poco” soberano. O se es soberano, o no se es…
En nuestra situación COLONIAL no nos queda más remedio que acudir a los tribunales cuando se trata de defender el poco espacio de derecho que se tiene en este régimen.
El Movimiento Independentista Nacional Hostosiano (MINH) se unió al Frente Amplio de Apoyo a la Huelga Magisterial durante el último año del cuatrienio de Aníbal Acevedo Vilá, y en una semana, el MINH abandonó este frente porque la Federación de Maestros de Puerto Rico (FMPR) acudió al tribunal federal.
José A. Laguarta Ramírez, de Indymedia, escribió para aquella época que la FMPR acudió al tribunal federal, “…en busca de un interdicto que deje temporalmente sin efecto la decisión de la Comisión de Relaciones del Trabajo para el Servicio Público de descertificar a la FMPR como representante exclusiva de los maestros y maestras del Departamento de Educación.”
Por otro lado, Félix Córdoba Iturregui escribía:
…un coro de voces sindicales se ha unido al gobierno condenando la huelga magisterial. ¿Consultaron a sus matrículas? ¿Qué asambleas celebraron Federico Torres Montalvo o Fernando Juarbe para tomar decisiones tan arriesgadas de oposición a una huelga tan importante? ¿A quién representa José Rodríguez Báez, un dirigente en ruinas, que permitió la privatización de los hospitales públicos durante el gobierno de Rosselló, sin dar una sola batalla, y llevó a la UNTS a su desaparición? Las voces opuestas a la FMPR, en su mayoría, son sólo eso, voces de figuras aisladas, algunas de ellas completamente desacreditadas. Mientras la UTIER y la FMPR lucharon contra el IVU durante el cierre gubernamental, Federico Torres Montalvo y Lole Rodríguez Báez apoyaron vergonzosamente al gobierno de Acevedo Vilá en su agresión contributiva. Respaldaron una rebaja de 7% a todos los asalariados de Puerto Rico. Rafael Feliciano y Ricardo Santos, por el contrario, representaron mucho más que sus matrículas: representaron al pueblo trabajador.
Continúa Córdoba Iturregui en su escrito de hace un año:
Por consiguiente, al plantear que ninguna lucha sindical está por encima de la cuestión nacional, un sector del independentismo se ha desplazado, tal vez sin saberlo, hacia una posición colonial coherente con una fracción de la burguesía intermediaria local. Esta posición, si no se corrige a tiempo, desvinculará todavía más a ese sector del independentismo del espacio decisivo de la lucha anticolonial: las relaciones sociales de producción y circulación, cuya jerarquía expresa la dominación sólida de las grandes compañías multinacionales. El Estado, como sistema complejo y cruzado por relaciones sociales conflictivas, tiene como objetivo garantizar la reproducción de tales intereses dominantes. En Puerto Rico todos los tribunales tienen un carácter colonial. Un sindicato, como representante de una matrícula políticamente heterogénea, ya que no es un partido, tiene derecho a recurrir a todos los medios necesarios para su defensa, más aún si está acosado por el gobierno en su función patronal directa.
Veamos el reportaje de Efrén Arroyo para Noticentro 4: