Pueden producir en los prisioneros que sientan aburrimiento, miedo hasta cierto punto, pueden crear una noción de arbitrariedad y de que su vida está totalmente controlada por nosotros, por el sistema, ustedes, yo, y de que no tendrán privacidad... Vamos a despojarles de su individualidad de varias formas. En general todo esto conduce a un sentimiento de impotencia. Es decir, en esta situación tendremos todo el poder y ellos no tendrán ninguno.
Estas instrucciones fueron dadas por el psicólogo Philip Zimbardo a unos sujetos de un experimento en el año 1963, subvencionado por la Armada de los USA, y se conoce como “El experimento de la cárcel de Stanford”, que se supone durara unas dos semanas. pero fue suspendido en el sexto día por el descontrol en el maltrato que mostraron los sujetos del experimento.
La crítica entre los psicólogos se dirigió al método que fue calificado por algunos como antiético, y por esto cuestionaron sus hallazgos. Sin embargo, las recientes noticias de prisioneros en Abu Ghraib señalan al asunto del poder del carcelero sobre los prisioneros en el contexto de cederle el poder absoluto a los que dominan la cárcel.
Philip Zimbardo llegó a ser posteriormente el presidente de la Asociación Norteamericana de Psicología en el año 2002, y a sus hallazgos los calificó como “El Efecto Lucifer”, que en YouTube se presenta desde la Parte 1, hasta la Parte 11.
Zimbardo define el mal (evil) de la siguiente manera:
El EJERCICIO DEL PODER para dañar (psicológicamente), herir (físicamente) y/o, destruir (mortalmente) y ejecutar crímenes contra la humanidad.
Zimbardo explica para “Democracy Now” que la maldad (evil) se asienta en las instituciones que la respaldan, que muchas veces la maldad se ejerce desde la licencia que le da al individuo las personas con poder, y repasa “El experimento de la cárcel de Stanford”…
Para Philip Zimbardo, el mal se combate cuando asumimos el comportamiento del héroe.
Dijo una periodista canadiense:
Saber cómo funciona el shock puede ayudar a blindarnos contra él. Cuando un prisionero sabe cómo funciona el shock como técnica de interrogatorio, puede resistir estos métodos. Y considero que esto mismo puede aplicarse a gran escala. Aquellas sociedades que han aprendido de sus traumas pasados (y muchas sociedades latinoamericanas entran en esta categoría) son más resistentes al shock y resulta más difícil explotarlas en momentos de trauma.
Se trata de la periodista Naomi Klein, quien definió la “Doctrina del Shok”:
¿A qué viene todo esto en una reflexión casi al final del año…? Visitaba en la red a antiguos amigos, personas que conocí de muchacho, hasta en la Iglesia, y entre ellos me llamó la atención algunas personas que creía en aquella época como gente “buena”, pero que recientemente o en el reciente pasado han estado o estuvieron muy cercanas a puestos de poder en el gobierno. Me entristecía el cómo estas personas se transformaron en marionetas del sistema al punto que se prestaron como cómplices en la agenda de represión gubernamental.
Para darles un simple ejemplo, el de una profesora que trabajaba para la administración del secretario Rafael Aragunde bajo el pasado mandato de Aníbal Acevedo Vilá, que se quejaba de una maestra que faltaba mucho a su trabajo. Admitió que esa maestra no faltaba mucho en sus veintitantos años de servicio, casi treinta, hasta que la atacó un cáncer, y afirmaba que la enferma tenía el deber de renunciar a su trabajo, y a sus derechos de retirada, porque esa enfermedad afectaba al servicio educativo de sus estudiantes.
Jamás hubiese imaginado que la muchacha que yo conocí hace unos años atrás diría tal diparate, menos cuando se pintaba como una “independentista” que amaba a su “patria”… Y la cantidad de “independentistas” que sabía trabajaban para Aragunde y seguían aquel escenario “intelectual” de imponer la “eficiencia” a un alto costo de represión sobre empleados buenos con el fin de dar un escarmiento a los demás, me escandalizaba mucho más…
No me extraña entonces verlo ahora en la escalada del gobierno de Fortuño que continuó con el camino que le señalaban los expertos de Wall Street a Jorge Silva Puras en la pasada administración de Aníbal Acevedo Vilá. Sin embargo, estamos expuestos a las caras de los puertorriqueños que infligen daño social, económico y político desde sus puestos, pero olvidamos bajo qué régimen vivimos: el COLONIAL. En este sentido, la Metrópoli ejerce el poder desde su invisibilidad, como aquel que supervisa a los carceleros y no se deja ver por los prisioneros.
Después de tantos golpes, ¿se puede culpar al pueblo por su cansancio…? Observé con mucha esperanza la entrevista que le hiciera el programa “Piedra, papel y tijera” al periodista chileno radicado por muchos años en Puerto Rico, Carlos Weber, quien fuera una de los millones de víctimas de la “Operación Cóndor” y ahora rompe el silencio. Afirma Weber que aspira a un mejor Puerto Rico para sus hijos, que nacieron en el país que lo acogió…