jueves, 18 de junio de 2009

La otredad del puertorriqueño: ¿Quiénes no son de aquí…? - Parte III




“Patria” versus “Nación”: Otredades de la Metrópoli española y la Metrópoli anglosajona y; el ejército que dividió la nación puertorriqueña.


El evento de la emigración es un fenómeno natural desde que el ser humano es ser humano. Mientras que la “nación” es un concepto muy reciente en la historia de la humanidad, y en cierto sentido, es una construcción social, política y económica que trata de crear fronteras para acaparar recursos (“Naciones y nacionalismo desde 1780” de Eric Hobsbawm).

Antiguamente, cuando los recursos en ciertas fronteras eran escasos, entonces las poblaciones se movían de un área y si existían condiciones para la convivencia común, o sea, si los recursos eran muchos y la población cercana al recurso era poca, al igual que poca era la población lejana que se acercaba al recurso, entonces la movilización hacia otra área y la convivencia era viable.

En lo que hoy conocemos como España, convivían poblaciones judías, moras y cristianas, sin mayores conflictos… Hasta que Isabel, “la Católica”, estableció un nuevo concepto de “patria”, donde se descartaba tanto al moro como al judío… y esa convulsión social coincidió con los viajes de Cristóbal Colón al recién conocido continente americano, o la confundida “India”… No sería extraño pensar que gran parte de esa comunidad marginada en la nueva España católica, llegaría en escapada a este nuevo mapa que ampliaba la sed europea…

Lo mismo ocurrió con los USA que expandieron su territorio desde el este hacia el oeste, asumiendo una idea en su imaginario de que dicha expansión era parte de su “destino” como “nación”. Esta expansión política y económica aplastó a muchas culturas indígenas, así como la “conquista” española aplastó a muchas culturas en el “nuevo” continente americano. En este sentido, este tipo de “emigración” se manifestó de facto como una INVASIÓN…

Y aquí es que debemos distinguir el fenómeno de la emigración de los puertorriqueños a USA… La INVASIÓN de los USA a Puerto Rico creó un nuevo espacio colonial, donde enantes estaba plagado por los organismos, políticos, económicos y culturales de España. A través del tiempo, bajo el régimen español, la población mayormente de la Metrópoli fue pasando a un segundo plano, creando un nuevo sector poblacional “criollo” que poco a poco fue ignorado por la Metrópoli y en nuestro caso, a la hora de las invasiones “extranjeras” como las inglesas u holandesas, advino un protagonismo guerrerista del “criollo”, y se fue construyendo además un enclave de subsonciencia patria puertorriqueña.

El arraigo a la tierra se fue afincando desde ese podio de la defensa contra el “extraño”. Sin embargo, ¿qué intereses defendían aquellos pobladores de Puerto Rico…?; ¿los de España…? Y si España era defendida desde esta isla, ¿por qué a la hora de España enviar soldados de “allá” hacia “acá”, “aquellos” recursos eran “tímidos” y no arriesgaban sus vidas, en cuanto a números, como los de “acá”…? Esa “otredad”, se manifestó en el riesgo de la vida en las batallas contra los invasores, y en otras manifestaciones culturales, fue creando en Puerto Rico una nueva conciencia de que los de “aquí” eran distintos a los de “allá”…

Por eso, a partir de esas invasiones del siglo 18 y 19, se dice que se fue construyendo una “conciencia de PATRIA”… Este proceso de construcción cultural y nacional no se daba de un día para otro y fue entonces, cuando la patria puertorriqueña estaba en un proceso de construcción dentro del coloniaje español. En ese proceso de construcción, los USA invaden a Puerto Rico y nos toman como una nueva Metrópoli…

Anteriormente dije, “conciencia de PATRIA”, porque ese era el concepto que desarrollamos en el espacio de la colonia española. El concepto “PATRIA” tiene su raíz en el término “padre”, o “paternidad”, lo que define en el imaginario de la construcción de una agenda para el nuevo país descolonizado una pregunta, o problema, como constructo teórico-científico: ¿quién es nuestro “padre” o nuestra “PATRIA”…? o; ¿A quién le debemos la “paternidad”, para honrarla, como dicta el mandamiento: “Honrarás a padre y madre…”?; ¿a España…?; ¿o a Puerto Rico…? Algunos, para separar a los intereses políticos de España de lo intereses de Puerto Rico, le decían entonces a la Metrópoli: la “MADRE” patria, que es lo mismo que decir, “la madre del padre…”, que sería un aforismo que se refiere a la “abuela”…

Sin embargo, la nueva Metrópoli de 1898, los USA, vino a Puerto Rico con otro imaginario de país: La “NACIÓN”… Y ese término se refiere al lugar donde se NACE… Claro, el extranjero ama al lugar donde nace, y además NO nace “AQUÍ”, sino “ALLÁ”, por lo tanto, la nación del extranjero está allá, ¿y la nuestra…?

Es aquí que los nuevos colonizados asumen otro imaginario de liberación “contestatario”: si los de “allá” son una “nación” y nosotros somos distintos a ellos, entonces, nosotros somos OTRA “NACIÓN”… Nuestra nación se define de nuevo en la “otredad”… Pero esa “otredad” es muy distinta a la “otredad” que teníamos con España. Lo que somos depende en gran parte de lo que es la Metrópoli: para definirnos como “distintos”, partimos de la premisa de quién es el “otro”. En este sentido, la DEPENDENCIA colonial invade hasta la conciencia patria porque para definirnos “necesitamos” del “otro”.

No sé si sea atrevido al decir esto pero, creo que en su origen, el concepto “patria” mayormente tiene lazos con la concepción del discurso de un estado identificado con los medios de producción de estructuras económicas feudales-agrícolas y, el término “nación” está más atado a los medios de producción indistriales-capitalistas, quizás por un asunto de perspectiva temporal o histórica en cuanto a proyecto de país, según lo iban definiendo los teóricos o filósofos de la política.

La genialidad del discurso de Pedro Albizu Campos, residía en esa metamorfosis de agenda política: antes, la “PATRIA” prevalecía en el verbo de los defensores de la liberación colonial, mientras que en los 1930’s y los 1940’s, el término “NACIÓN” prevalecía en la nueva lucha anticolonial contra la nueva Metrópoli.

No es casualidad que la figura de Pedro Albizu Campos haya coincidido con la época de esa “fiebre” de emigración de puertorriqueños a la Metrópoli. La situación colonial en aquella época no aguantaba más presión y el poder político colonial NECESITABA una válvula de escape social, económica, pero más que nada, POLÍTICA.

En este sentido, la emigración de puertorriqueños a los USA era análoga a la estrategia nazi de transportar judíos en trenes hacia los guetos… pero con un grado de mayor sofisticación.

El gobierno de la Metrópoli NO estaba ajeno a la situación social del puertorriqueño. Cualquiera pensaría que alguna agencia que se dedicara al bienestar social, dentro de ese gobierno, se encargaría de documentar y estudiar la pobreza de Puerto Rico. Sin embargo, fue una división llamada “Office of War Information” quien documentó la pobreza en Puerto Rico y los lugares donde emigrarían los pobres a los USA. Tal misión de documentación fue encomendada al fotógrafo Jack Delano.

Es decir, el gobierno colonial, que estaba manejado directamente por las fuerzas armadas de los USA, sabía desde el principio de la década de los 1940's a dónde se movilizarían los sectores pobres de Puerto Rico para “acomodarlos” en su territorio, y la documentación que recopiló en sus archivos evidencian una planificación sistemática para movilizar una masa de la población puertorriqueña hacia los USA.

Pero, esa planificación militar era un evento “natural” si vemos que el gobierno de Puerto Rico estaba entregado a la milicia de USA, ya que los gobernadores pertenecían al propio ejército de la Metrópoli.

Los puertorriqueños que salieron de aquí para allá, en esa gran emigración, se llevaron en su imaginario hasta los asesinatos de nacionalistas en el 1935 bajo el manto del Coronel de la Policía de Puerto Rico, Francis E. Riggs, quien fue luego ajusticiado por otros dos nacionalistas, que lo esperaban a su salida de una misa de la Catedral.

En marzo de 1937, ocurre la Masacre de Ponce, donde la policía asesina a 21 manifestantes nacionalistas desarmados, y a algunos transeúntes, incluyendo a una niña de 7 años, y además hieren a unas 200 personas, en un tiroteo que duró unos 15 minutos. Esa masacre fue avalada por el gobernador norteamericano de Puerto Rico, Blanton Winship, quien fuera sacado del cargo en el 1939 después que el congresista de USA, Vito Marcantonio, le formuló cargos en Nueva York.

Su sucesor en el puesto es otro militar norteamericano llamado William D. Leahy, quien se encargó entonces de armar un plan para calmar los ánimos de lucha política en Puerto Rico. Es aquí donde el Partido Popular Democrático (P.P.D.) empieza a tomar un protagonismo en la política, y es bajo Luis Muñoz Marín que se da gran parte de la emigración de los puertorriqueños a USA.

Juan González, el autor del libro “Harvest of Empire: A History of Latinos in America”, fue entrevistado por Amy Goodman para Democracy Now, junto a Juan Manuel García Passalacqua, el 22 de marzo de 2007, con motivo de la conmemoración de la “Masacre de Ponce”, también conocida como la “Masacre del Domingo de Ramos”, por haberse celebrado el primer día de la Semana Santa, aquel 21 de marzo de 1937, 50 años antes de la entrevista. González leyó una parte del libro:

After the Palm Sunday Massacre, hysteria and near civil war swept the island. Nationalists were hunted and arrested on sight. Some headed for exile in New York City or Havana. Graciela, our family’s only Nationalist Party member, decided that nothing could be won by fighting the Americans. With Albizu [Campos] in jail and the Nationalist ranks decimated, she abandoned the party.” And, of course, within a few years, most of my family then came to the United States.


Esa violencia en la defensa de la nación puertorriqueña, con un jefe de la policía de la Metrópoli que pertenecía a la milicia de USA, y de gobernadores militares, fue la que llevaba gran parte de los emigrantes puertorriqueños a los USA, de los años 1930’s 1940’s y 1950’s. Las estructuras políticas de la colonia estaban llenas de burócratas y militares norteamericanos, y el gobierno de Luis Muñoz Marín y su P.P.D. facilitó una “transición” para cambiarle la cara a la colonia.

Es decir, los puertorriqueños emigrantes de aquellos años 1930’s y 1940’s se llevaron en su imagen de Puerto Rico a los USA, un país gobernado POR MILITARES desde el 1898, donde la enseñanza en un pueblo de habla hispana se brindaba en el idioma inglés, para aterrizar, o desembarcar, en la Metrópoli que era regida por un gobierno civil. Pero, el puertorriqueño que llega allí en esas condiciones, se da cuenta en su llegada, que aquel gobierno “civil”, no aceptaba en su espacio a los civiles puertorriqueños y que el primer espacio de poder que tenía que luchar era el racial, en frente de los yanquis blancos, pero también en frente de los italianos, o de los negros, que se agrupaban a su vez en sus distintos guetos.

Algunas personas piensan que a la llegada de los norteamericanos en 1898 se instituyeron unos organismos gubernamentales guiados por la ideología democrática. Pero la realidad era que la colonia era manejada directamente por el ejército desde el puesto de gobernador y fue la lucha de los nacionalistas la que despertó en el entorno social esa confrontación, que a la larga fue acallada con una infraestructura colonial con un gobierno civil, donde los puertorriqueños serían los que acapararían los puestos de mando, para manejarle la colonia a los USA.

La transición del puertorriqueño de la Isla a USA de esa época, se dió en un contexto de un gobierno militar colonial en la Isla a otro de gobierno civil en el “inland” de la Metrópoli. En la Isla, en la colonia con el gobierno militar de USA, el puertorriqueño era un extraño en su propia tierra, era el “otro”; mientras que allá, en los guetos de USA, el puertorriqueño pasó a ser también “otro”.

Antes, bajo el domino español, los puertorriqueños debatían cuál era la “patria”. Luego, las condiciones de la colonia bajo el régimen de USA se tornaron insoportables a partir de la pobreza generalizada y como “remedio” al lío sesgaron la población de tal manera que en la Isla, los puertorriqueños debatirían la “nación” en unos términos distintos a los puertorriqueños que emigraron a USA. No debemos olvidar que esta movilización, más que un proceso de búsqueda de oportunidades, por su masividad, fue armado a partir de los organismos gubernamentales de la Metrópoli, y este nuevo ingrediente, que NO tienen otros movimientos poblacionales, atan inevitablemente el nudo de la definición de la “nación”, con una soga de dos extremos: la conciencia de los puertorriqueños de la Isla con la conciencia de los puertorriqueños emigrantes en USA.

Todavía nos falta una cuarta parte en esta reflexión que carga con la constante pregunta: ¿Cómo se define la “nación puertorriqueña” en estas circunstancias...? Allí trataremos si el asunto del idioma y la “raza” es uno relacionado a la “definición de nación puertorriqueña”…

Mientras tanto, presentamos una canción dedicada a los eventos del ajusticiamiento de Francis E. Riggs, escrita y cantada por Roy Brown…