Mientras The Spanish Revolution marca la forma en que debemos revelarnos ante un sistema explotador y corrupto como el actual, se celebran, paralelamente, las elecciones municipales y autonómicas. Todas las fuerzas políticas permanecen a la espectativa sintiendo moverse el suelo bajo sus pies, entretanto que hacen malabarismos para que sus privilegiadas posiciones no se esfumen por obra y gracia del votante desengañado. Pensaban, creían, sospechaban, sentían, intuían que podían seguir manejándonos cual tiernas ovejitas, sin que abriésemos la boca más que para hablar de goles y saraos. Sin embargo, el citado movimiento pone en solfa que somos cómodos pero no gilipollas.
Así que señores de dudosa reputación, no se esfuercen demasiado pensando en cómo conservar aquello que nosotros les dimos porque nosotros, el pueblecito narcotizadamente sumiso se lo quitará. Es lo que tiene transformar la democracia en una dictadura financiera. Canta mucho.
La Minina
Nuestro abrazo solidario para todos los españoles que buscan justicia, porque son BIENAVENTURADOS...