Necesito un poema y no me sale ni lo encuentro por más que lo intento.
Hoy, tras la muerte de Juan Mari Bras, Ivonne nos confiesa que para la muerte de Chagui, el hijo asesinado de Juan Mari Bras, ella le escribió el único poema que ha escrito, pero que frenó su pésame en versos y lo publica por primera vez en esta nueva reflexión que titula “A Juan Mari Bras: El poema que nunca te envié”:
Juan..lloré por ti
Tu dolor fue mío...
entrañas adentro, como se quería
llegó la amenaza hecha realidad.
Nunca había pasado.
Un sustrato de decencia animaba
aun al enemigo.
Ya no hay más que el comienzo..
Juan, que no te detengan,
entierra tus lágrimas,
y recuerda tus palabras:
“Si no es libre, ni para mis hijos”.
Ella pedía un poema hace unos dos meses y ahora saca su único y escondido poema para un amigo de la Patria que murió…
Hace tiempo que no escribo poemas porque fui poeta en un gran amor y cuando acabó, las musas invadieron la palabra de reproche. En aquel pesimismo, decidí enterrar el poeta que nació entre mis 30 y 40 años, para no enfermarme el alma.
Ahora, me escondo en un seudónimo para encubrir aquel yo que ha sido golpeado inmisericordemente por un sistema político y social que amenaza nuestra paz. Ahora, me educo con la escritura y comparto, no a través de mis versos, sino a través de mi accidentada prosa, las penas de nuestra Isla.
Sin embargo, mientras escribo… me invade una musa tenue, y me dicta este poema, para ti, Ivonne Acosta Lespier:
Cuando te encuentre, Muerte…
A Ivonne Acosta Lespier
Los muertos nos dejan,
y nosotros hacemos fila detrás de ellos.
Con algunos vemos un rastro,
con otros, el camino.
Así, Muerte, tu abrazo espero:
guardo en mi memoria
el aroma de mi hija,
el café de mi madre,
el consejo de mi padre,
los juegos infantiles con mis hermanos,
las visitas a mi abuela…
¡Ay, Muerte…!
Si te encontrara mientras pienso
en todos los que amo y he amado,
si en la regalada despedida,
pudiese ver el rostro de todos ellos,
aunque sólo en mi memoria sea,
sé que iría al Paraíso.
Mas si me sorprendes, Muerte,
en mi rutinario coraje de lucha
por combatir lo injusto,
llévame con mis dientes apretados
y con el llanto de los héroes…
Pero, Ivonne, si mi poema no es suficiente, te presento uno de Andrés Henestrosa, poeta que enterraron entre cantos, y que conozco a través de una canción de Lila Downs. Aquí el poema “La Martiniana”, que así llamaba a su madre, y luego la musicalización cantada por Lila:
Niña, cuando yo muera,
No llores sobre mi tumba,
Cántame un lindo son
¡Ay mamá!
Cántame la sandunga.
No me llores, no. No me llores, no.
Porque si lloras yo peno,
En cambio si tú me cantas
Yo siempre vivo, y nunca muero.
Lucero de la mañana,
El rey de todos los sones,
Canta la Martiniana
¡Ay, mamá!
Que rompe los corazones.
No me llores, no. No me llores, no.
Porque si lloras yo peno,
En cambio si tú me cantas
Yo siempre vivo, y nunca muero.
Si quieres que te recuerde,
Si quieres que no te olvide,
Canta sones del alma
¡Ay, mamá!
Música que no muere.
No me llores, no. No me llores, no.
Porque si lloras yo peno,
En cambio si tú me cantas
Yo siempre vivo, y nunca muero
2 comentarios:
Querido Elco: La verdad que siempre te las arreglas para sorprenderme y emocionarme. No esperaba un poema tuyo y está precioso, prueba de que es una pena que te hayas alejado de la poesía. Pero el poema era suficiente y sin embargo, me diste algo adicional que me confirmó un mensaje que me hicieron llegar (amigas espiritistas)de que no debo seguir llorando porque no dejo que JM se eleve. No conocía ese poeta pero había escuchado a Lila Downs en esa versión de "La Martiniana" y.. pues me hizo llorar volver a escucharlo..
Un abrazo agradecido..de veras. La verdad que tengo un tesoro de amigos y amigas.
Ivonne:
Cada cual es un mundo… La pérdida de Juanma es muy reciente y tu penar es normal. Por eso no debes forzar su partida de tu memoria porque a la larga siempre estará en ella como Chagui estuvo en la mente de Juan Mari.
Yo una vez cometí el error de encerrarme en un luto prolongado de unos ocho años, eso sí está mal porque debí buscar una actividad que sustituyera aquel vacío de la ausencia de otro. No vale la desmemorización ni el olvido, pero sí el cuidado por uno mismo porque nosotros quedamos como vivos mientras los muertos se fueron, y como dice aquel pasaje bíblico: Somos la sal de la vida…
Bendiciones para tí, amiga Bloguera...
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