El Día del Maestro: ¿Quién se atreve a ser El Josco?

Tradicionalmente, en Puerto Rico se ha celebrado el “Día del Maestro” en la Semana Educativa, que empezaba el primer lunes del mes de mayo. Si lo aplicamos a este año, el primer lunes de mayo de 2010 fue el pasado lunes, 3 de mayo, y el “Día del Maestro” se celebraría el pasado viernes, 7 de mayo de 2010. A esta celebración le seguiría el período de exámenes finales, y luego la entrega de notas a los padres, el último día de trabajo escolar.

En el actual Calendario Escolar, el último día del año escolar se reserva para un feriado: “Día de Recordación de los Muertos de la Guerra”, el lunes, 31 de mayo de 2010. Y el último día de trabajo, será el “Nuevo Día de Maestro”…



Así mismo, la “Semana Educativa” será la última semana del año escolar, y los maestros serán los últimos en “celebrarlo”… El pasado año, el ex-secretario de educación, Charlie Chardón, decidió que a los maestros no se les concedería su “Día del Maestro”. Cada día las humillaciones a los maestros del sistema de educación pública son peores, al punto que muchos viven sus días para contar el tiempo que les falta para retirarse. Peor, algunos temen que su retiro se vea afectado cuando fusionen TODOS los sistemas de retiro del gobierno, que en el caso de los maestros NO recibirán dineros del Seguro Social y dependerán exclusivamente de los fondos de su retiro, mientras que los empleados públicos del sistema central, podrían ver quebrar los fondos de su retiro en pocos años.

Ahora a los maestros retirados se les requerirá fusionar su frágil sistema de retiro con otro peor…

Por eso no nos debe extrañar que al magisterio se le adhiera una actitud de dejadez frente al infortunio. En una sociedad donde se le impone al magisterio un “sacerdocio laical”, para obligarlos al “sacrificio”, donde muchos maestros asumen dicho sacerdocio como un estado de esclavitud donde se aceptan los golpes con resignación y pena, veremos dentro de poco una generación de envejecientes maestros que se unirán a las filas de la pobreza.

Somos los últimos, porque nos lo imponen y porque lo asumimos… Recuerdo aquel cuento de Abelardo Díaz Alfaro, “Bagazo”, y cómo los grandes emporios de la caña en Puerto Rico desechaban a los trabajadores viejos. Pero también recuerdo otro cuento del mismo Abelardo: “El Josco”:

Aquel atardecer lo contemplé al trasluz de un crepúsculo tinto en sangre de toros, sobre la loma verdeante que domina el valle del Toa. No tenía la arrogancia de antes, no levantaba al cielo airosamente la testa coronada; lo veía desfalleciente como estrujado por una inmensa congoja. Babeó un rato, alargó la cabeza y suspendió un débil mugido, descendió la loma y su sombra se fundió en el misterio de una noche sin estrellas. A eso de la medianoche me pareció escuchar un mugir dolorido. El sueño se hizo sobre mis párpados.

…y terminó el cuento:

-Mi pobre Josco, se esnucó de rabia. Don Leopo, se lo dije. Ese toro era padrote de nación; no nació pa yugo.

A pesar de que uno tenga que enfrentar ser el último porque lo imponen, jamás se debe asumir el tener poco valor…

Por lo menos, veo nacer un movimiento estudiantil universitario que le da lecciones al país entero… ¡QUE VIVAN LOS ESTUDIANTES…!