Vuelven las reflexiones a las escuelas públicas, como en los mejores tiempos de Víctor Fajardo

Cuando escribo estas líneas, reflexiono; cuando cocino, reflexiono; cuando voy de compras, reflexiono... La reflexión es un ejercicio inevitable en mí…

¿Por qué tanta fanfarria a la hora de anunciar que se reflexionará en las escuelas públicas de Puerto Rico? ¿Por qué en un “Desayuno de Oración” celebrado en los jardines de La Fortaleza, Fortuño crea la Oficina de Iniciativas Comunitarias y de Base de Fe, y a la misma vez hace el anuncio de que esta oficina promoverá la educación cívica, “impulsando valores enmarcados en la responsabilidad social e incluyendo los cinco minutos de reflexión” en los salones? ¿Por qué Fortuño crea una oficina de la fe si este asunto concierne a los organismos religiosos que deben estar separados del Estado?

El ex-ministro Aníbal Heredia Burgos estará a cargo de esta oficina de la fe, que parece asemejarse a una Santa Inquisición bendecida por el Estado. Heredia Burgos ha sido contratado por la legislatura y la oficina del pasado comisionado residente, Luis Fortuño durante el año 2006 por $50.995.00, según consta en un Anejo de un Informe de la Oficina de Gerencia y Presupuesto.

¿Dónde reside la “fe” que promoverá el gobierno de Fortuño…? ¿En cuál fe asentará Fortuño esta oficina que ahora decidirá asuntos de política pública en el área educativa…?

Algunos dicen que los cinco minutos de “reflexión” en las escuelas, nada tiene que ver con la religión. Si esto es así, los maestros debemos prepararnos para cumplir con la orden de cinco minutos de “reflexión” llevándoles mensajes de la sabiduría mundial, entre estos, “Las fábulas de Esopo”

Los dos escarabajos

Pacía un toro en una pequeña isla, y dos escarabajos se alimentaban de su excremento. Llegado el invierno, uno de ellos dijo al otro que iba a cruzar el mar a fin de que su compañero escarabajo tuviera suficiente alimento, mientras él pasaría el invierno en tierra firme. Agregó que si encontraba comida en abundancia le traería a él también.

Cuando el escarabajo llegó al continente, encontró en él muchos y frescos excrementos, por lo que se estableció allí y se alimentó abundantemente. Pasó el invierno y volvió a la isla. Al verle su compañero gordo y saludable, le reprochó que no le hubiera llevado nada de lo prometido.

– No me culpes a mí – repuso –, sino a la naturaleza del lugar, porque se puede encontrar con qué vivir en él, pero es imposible alzar vuelo con tanta carga.

MORALEJA: Siempre encontrarás supuestos amigos muy buenos para adular y prometer, pero no pasan de ahí, negándose a la hora real, de dar un servicio.

MORALEJA DE ELCO LAO: Todos los políticos, como los escarabajos, viven del excremento, pero cuando descubren una buena cantidad de excremento, no lo comparten con nadie.

Otra fábula:

Los jóvenes y los coquíes

Varios jóvenes, jugando cerca de un estanque, vieron un grupo de coquíes en el agua y comenzaron a apedrearlos. Habían matado a varios, cuando uno de los coquíes, sacando su cabeza gritó:

– Por favor, paren muchachos, que lo que es diversión para ustedes, es muerte y tristeza para nosotros.

MORALEJA: Antes de tomar una acción que creas te beneficia, ve primero que no perjudique a otros.

MORALEJA DE ELCO LAO: Los políticos piden sacrificios del pueblo, siempre y cuando no les duela el sacrificio porque a la larga ellos no se consideran parte de él.

Estas fábulas describen las promesas y pedradas de Fortuño, y de sus antecesores. ¿Por qué no incluirlas en los cinco minutos de reflexión en las escuelas públicas del país?