Desde pequeño, quise ser grande. ¿Quién no…? Por su tamaño, el mundo del niño es visto desde abajo mientras que la altura del adulto le permite tener una perspectiva elevada. En la niñez aprendemos el amplio campo de libertad del adulto frente al niño. Por eso, el concepto de “soberanía” está presente en nuestro conciente y subconciente desde que nacemos y nos confrontamos con el adulto. ¿Será cierto que este concepto pueda ser de difícil entendimiento para cualquier ser humano en su adultez…?
En Puerto Rico, el Partido Popular Democrático (PPD) ha emprendido una “difícil” tarea: definir el término “soberanía”. Este término no es extraño a cualquier nación del mundo, excepto en una COLONIA. En el régimen colonial se vive desde un estado de subordinación política, y por lo tanto, la Metrópoli trata por todos los medios de promulgar la subordinación de los colonos bajo la supremacía de la nación invasora. Esta subordinación implica una escalada a la psicología del colonizado de manera tal que lo convierta en una especie de ser robótico sin conciencia patria, y por lo tanto, con una psiquis que descarta o evade confrontarse hasta con las palabras que describen la libertad, en nuestro caso, la palabra “soberanía”. Veamos la “definición” de soberanía del PPD:
“…impulsamos y apoyamos el desarrollo autonómico del Estado Libre Asociado partiendo de los principios de soberanía, asociación y responsabilidades compartidas con Estados Unidos. El PPD es una institución que cree en una asociación política digna, no colonial ni territorial entre Puerto Rico y los Estados Unidos fundamentada en el poder del Pueblo de Puerto Rico a decidir, y en el vínculo de la ciudadanía americana…”
¿Cómo es posible que una persona de 30 años sea soberano frente a su padre y su madre y pretenda tener con ellos “responsabilidades compartidas…”? En todo caso, el único escenario posible de “responsabilidades compartidas” en el contexto sociológico es el MATRIMONIO… Y el “vínculo de la ciudadanía americana” señala al propósito de mantener un fetiche de otra persona para favorecerle ante los dioses, ya que a NINGÚN ciudadano de USA se le requerirá la ciudadanía de Puerto Rico, en cuyo caso AMBAS ciudadanías tendrían el mismo carácter igualitario… TODOS los puertorriqueños tendríamos la ciudadanía yanqui y todos los yankis tendrían la ciudadanía puertorriqueña… ¿A cuántos gringos les interesaría obtener la ciudadanía puertorriqueña…? Claro, la dignidad del PPD parece residir en la ciudadanía del extranjero mas no en que los extranjeros tengan nuestra ciudadanía boricua…
¿Será qué es tan difícil que algunos adultos abogados puertorriqueños, algunos graduados de las más prestigiosas universidades de USA, como en el caso del presente gobernador Aníbal Acevedo Vilá, que preside el PPD y estudió en Harvard, no le hayan enseñado derecho internacional como parte de su carrera legal…? Aún los abogados que han tomado derecho de familia saben lo que implica el “contrato” matrimonial y aprenden cómo se ejerce ese derecho en el caso de divorcios donde las partes adquieren una verdadera soberanía, partiendo de la premisa de la igualdad de los casados… O sea, estos líderes, en su mayoría abogados pueden entender las premisas de un litigio matrimonial y los divorcios, mas no las premisas de un estado colonial que es ilegal a nivel internacional, ni mucho menos pueden describir cómo se estructura el proceso de descolonización, obviando cómo la ONU define la “libre asociación”…
Estos políticos del enredo NO SON IGNORANTES, SABEN LOS TÉRMINOS LEGALES, PERO DECIDIERON MENTIRLE AL PUEBLO COMO PARTE DE SU COMPLICIDAD CON EL RÉGIMEN COLONIAL. En el tablero de ajedrez colonial, estos pepedeístas decidieron formar parte del bando de la Metrópoli, como simples peones…
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