miércoles, 30 de septiembre de 2009

Ustedes, la prensa, me dejaron solo… ¡Prensa mía! ¿por qué me has abandonado…?

Esta fue la advertencia que le dió Fortuño a la prensa por el huevo que le tiraron ayer en Fajardo, según narra el periódico “Primera Hora”:


Tras la detención de García Díaz, transportado hasta el CIC de Fajardo, los periodistas le preguntaron a Fortuño qué opinaba del incidente. "No tengo nada que decir. Ustedes, la prensa, decidieron dejarme solo", dijo mientras abordaba a toda prisa su vehículo oficial.



La advertencia, que se puede tomar como amenaza, señala un malestar de un candidato a gobernador que vió las puertas abiertas por los titulares y noticias en los tiempos convulsos de Aníbal Acevedo Vilá, y ahora se siente abandonado como gobernador por aquella prensa que le habría tirado una alfombra roja…

En este sentido, el evento de tirar un huevo se quedó chiquito al lado de la respuesta de Fortuño, que trata de intimidar a la prensa para que en vez de reportar los eventos, le hagan la sucia tarea de relaciones públicas en momentos en que desmantela varias agencias del gobierno y varios servicios escenciales, como la limpieza de las escuelas en tiempos del virus AH1N1.

Fortuño pretende ahora que la prensa se autocensure, y no son pocas las estaciones de radio que ahora entrevistan a funcionarios políticos que dicen que están en contra de la “violencia”… ¿VIOLENCIA…? Siempre había escuchado que en los teatros le tiraban huevos o tomates a los malos actores… Veamos algunos ejemplos de otras “tiraeras” de huevos:

Primero, un huevazo con puntería:



Segundo, un valiente alcalde (que se parece a Vladimir Putin) está dispuesto a que le tiren huevos:



Tercero, un huevazo por protesta contra Microsoft:



Cuarto, huevazos a un diputado:



Quinto, una mujer le tira un huevazo, con puntería, a un gobernador:



Sexto, un eurodiputado recibe un huevazo:



Séptimo, huevazos en medio de una crisis financiera en Francia:



Octavo, un huevazo frustrado:



¿Se armará la revolución de los huevazos en Puerto Rico…? ¿Tendremos la primera revolución patriótica utilizando el arma mortal de los huevos…? ¿Qué será de Albizu y de Betances si en este momento histórico se logra la independencia de Puerto Rico por cuenta de los huevos…? ¿Podrá un extrabajador de la base naval en Roosevelt Roads, quien colaboraba en las prácticas de la Marina de USA, y persona que votó por Fortuño, ser el nuevo comandante de la revolución boricua…? ¿Será Malavé, el revolucionario del Cerro Maravilla, quien guíe los pasos de este comandante desde el más allá…? ¿Qué pedirá Fortuño para sus desayunos...? ¿HUEVOS...?

¡Qué buena oportunidad para Fortuño dirigirse a la prensa y decirle que lo han “dejado solo”, que lo han abandonado… Como el mártir en la cruz, Fortuño parece la víctima inmolada que diría: ¡Dios mío! ¿por qué me has abandonado…? Umju… ¡Prensa mía! ¿por qué me has abandonado…?


POSDATA:

Existen informes de la inteligencia de USA, de que unos comandos clandestinos de supremacía blanca se preparan para realizar actos terroristas con huevos. Aquí un video casero de un agente encubierto que logró infiltrarse en una de esas células terroristas en Inglaterra... Con la debida advertencia a las crueles escenas donde se presentan a inocentes niños jugando con esta arma mortal:



Se piensa que estos terroristas adquieren sus primeros adiestramientos en Kyoto, donde expertos se disfrazan de chefs y adiestran a los kamikazes frente a todo el mundo, en los restaurantes de oriente:

3 comentarios:

  1. Esta bien un huevazo. Es la categoría para el gobernadorcito colonial. Los zapatazos, como el de Bush en Iraq, son para los ejecutivos del imperio.

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  2. Anónimo:

    Such is life... Por lo menos, en vez de chuparse un limber, le tiró un huevo... ¿Límbers...?; ¿o huevos...?

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  3. Justo lo que hacía falta, huevos, Puerto Rico está enojado y tras la huevonada de Fortuño un huevazo comenzará el cambio en esta isla. Solo espero que más puertorriqueños saquen los huevos para que se acabe el relajo de los políticos.

    Adelante y éxito.

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